Las empresas que fabrican tractores, excavadoras y bulldozers necesitan productos electrónicos para que funcionen, idealmente electrónica duradera que pueda resistir un trato rudo sin averiarse.
Ahí es donde entra ACC Electronix. Este fabricante de productos electrónicos con sede en el oeste de Normal se ha labrado su propio nicho en un espacio de competencia global al centrarse en la resistencia (ruggedization): fabricar placas de circuitos y componentes relacionados que sean lo suficientemente robustos para ser utilizados en equipos agrícolas, de construcción y otros equipos pesados todoterreno.
"Los entornos a los que van estos productos son al aire libre, en el campo; en algunos casos van a estar expuestos al ambiente exterior, por lo que necesitan algunas capas de protección", explicó Matthew Simeroth, gerente de servicios técnicos de ACC.
ACC opera desde un discreto antiguo outlet mall cerca de Wylie Drive, aunque su tamaño y ambiciones son mayores de lo que parecen. ACC se ha expandido a más de 50,000 pies cuadrados de espacio con más de 100 empleados, con planes (y espacio) para duplicar su tamaño, o incluso más.
Grandes empleadores de cuello blanco como State Farm y Illinois State University son la base de la economía del condado de McLean. Pero es el sector manufacturero el que realmente ha estado creciendo en los últimos años: empresas como Rivian, Brandt y Ferrero. Y si bien las llamativas camionetas pickup eléctricas se llevan todos los titulares, empresas como ACC Electronix están fabricando productos que tienen una gran demanda.
La manufactura puede ser volátil, sujeta a los caprichos de la economía. La pandemia, los aranceles y los problemas relacionados con la cadena de suministro han creado desafíos en ACC, que es un fabricante contratado por otras compañías para producir la electrónica que pondrán en sus propios productos.
"Tenemos un plan. Tenemos una estructura establecida para seguir creciendo y expandiendo el negocio", dijo Curt Williams, presidente de ACC Electronix.
En la Línea de Ensamblaje
ACC no es lo suficientemente grande como para requerir un carrito de golf o patines para recorrerlo de extremo a extremo, pero está cerca. Han tomado la mayor parte del lado sur del antiguo Crossroads Center en Normal.
Una mezcla de humanos y robots mantiene las cosas en movimiento en la gran área de ensamblaje de placas de circuitos cerca de la entrada. Utilizan cientos de plantillas diferentes para asegurarse de que los componentes correctos se coloquen en el lugar exacto de cada placa de circuito. Utilizan un horno de alta tecnología para fijar, o soldar, los componentes en su lugar, y luego utilizan un escaneo 3D para una verificación de control de calidad. La precisión necesaria es demasiado compleja para el ojo humano; puede haber miles de componentes en una sola placa, algunos más pequeños que un grano de arroz.
A partir de ahí, las placas de circuitos se ensamblan en subconjuntos, que se almacenan en un "supermercado" dentro de las instalaciones donde otros miembros del personal de ACC pueden tomar lo que necesitan para lo que estén fabricando. Utilizan principios de manufactura esbelta (lean manufacturing) para mantener el flujo de productos, generalmente entre uno y medio y dos días de principio a fin.
ACC utiliza varios métodos para cumplir su promesa de resistencia, incluidos empaques especiales, recubrimientos y epoxis que pueden proteger la electrónica de peligros como la humedad. Williams dijo que ACC se enorgullece de un servicio al cliente altamente personalizado a lo que se necesita, ayudando a los clientes a controlar los costos mientras intentan descubrir la mejor manera de probar, validar y fabricar un producto. También realizan trabajos de reparación para productos en garantía, lo que ayuda a identificar problemas que pueden abordar en el proceso de fabricación.
"Así que, al final del día, tienen el producto de menor costo saliendo por la puerta", dijo Williams.
Las fuerzas macroeconómicas han creado desafíos, incluidos aranceles intermitentes que requieren un monitoreo constante para garantizar que ACC cubra sus propios costos, dijo Williams.
"Es cualquier cosa del extranjero, especialmente China", dijo. "Incluso si miras los semiconductores, se fabrican en diferentes áreas del mundo. Algunos pueden ser China, otros Taiwán, otros Malasia, y todos tienen un arancel diferente. Tienes la misma pieza y tienes tres aranceles diferentes sobre ella, y tienes que descubrir cómo gestionar eso".
Antes de los aranceles, estaba el COVID, que distorsionó la dinámica habitual de la oferta y la demanda, ya que los clientes de ACC intentaban determinar cuánto producto necesitaban. Las cadenas de suministro aún están inestables.
"Ha sido mucho. Ha sido un desafío", dijo Joni Oneal de Bloomington, gerente de programas en la primera línea de servicio al cliente. "Creo que es un desafío que todos enfrentamos juntos, y luego es extraño cómo el COVID fue un animal propio, y luego la etapa posterior al COVID fue otra cosa. Y ahora creo que estamos entrando en una nueva área de cómo se ve después de que todo se ha estabilizado".
El Negocio de las Personas
Otro gran desafío es local: encontrar trabajadores en una comunidad con la tasa de desempleo más baja (4,1% en julio) del estado. Rivian se llevó a algunos de los empleados de ACC al principio, dijo Williams, aunque eso ha disminuido. El entorno de trabajo más flexible de ACC es un atractivo para algunos, dijo.
"Lo que encontramos más desafiante es que algunos de los jóvenes que llegan realmente no entienden la manufactura", dijo Williams.
ACC ha tenido algunas conversaciones preliminares con Heartland Community College sobre la capacitación de la fuerza laboral. Han trabajado con escuelas secundarias y tienen relaciones con agencias de empleo temporal. Pero algunas personas todavía tienen una visión obsoleta de la manufactura como una profesión sucia o peligrosa. En realidad, ACC se parece más a un laboratorio médico bien iluminado, no a una acería.
"Si entraran y vieran lo que estamos haciendo, y la diversidad de lo que estamos haciendo, probablemente abrirían algunos ojos y despertarían cierto interés", dijo Williams.
Es un problema que ACC tendrá que resolver si quiere volver a crecer, incluso más allá de los 150 o 160 trabajadores que tenían durante la pandemia. También están ganando terreno en industrias emergentes, como la energética, donde están fabricando placas de circuitos que se utilizan en sistemas de gestión de baterías. Esto está muy lejos de la primera línea de negocio de ACC hace medio siglo: máquinas de cartuchos de cinta para estaciones de radio. Las computadoras, por supuesto, hicieron que eso quedara obsoleto.
Para algunos en ACC, la naturaleza evolutiva del trabajo es parte de la atracción.
Esta es la tercera carrera de Corey Christianson de Lexington, supervisor de producción de ACC, después de períodos como profesor de secundaria y contador.
"Pasar del aula a un escritorio, eso no era adecuado para mí", dijo. "Así que el simple hecho de estar activo, moviéndome, con diferentes productos. El aspecto práctico: ¡estás haciendo algo! Es bueno hacer algo que sabes que será un producto terminado en algún lugar que se usará. Estoy de pie, me estoy moviendo, las cosas cambian constantemente. Realmente aprecio eso".
Esta historia fue escrita en inglés por un ser humano y luego traducida al español con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial. Posteriormente, esa traducción fue revisada y editada por un ser humano.
